Els referents d'una època ens van deixant. Era el 1968 quan li llegia els seus densos fundamentos de antropología dialèctica, fa 40 anys !
Rigorós, de clara inspiració marxista, molt ben volgut pels seus pacients, sembla que va liderar el procés de transició de la psiquiatria tradicional per deixar de considerar bojos (i apartarlos de la societat per perillosos), les persones amb problemes de salut mental, tractant-los com a malalts al sí de la comunitat amb mètodes clarament humanistes.
La Vanguardia publica avui una nota "necrològica" prou interessant.
Jo he reobert un dels 3 o 4 llibres que guardo d'ell (tot subratllat amb llàpis, com feiem abans), i he trobat alguns paràgrafs que lliguen amb la nota precedent sobre competència i/o cooperació:
Nuestra sociedad está estratificada según el rendimiento económico de sus miembros, lo que implica competencia, y la competencia supone dominación. En la moral del éxito, hay que ser más que el otro. La dialéctica de la competencia es radicalmente destructiva. Acepto del otro aquello que me sirve para ser más que él. Tengo al otro como aquel que me muestra mi culpa en mi fracaso de ser todavía menos que él. Las posibilidades de intercambio son sólo, pues, sobre lo negativo ...
Nos relacionamos con otros a través de lo que tenemos, no a través de lo que somos. La consecuencia de todo ello es la cosificación del ser de la persona en su tener. Y, por tanto, el aislamiento. Una relación social basada en lo que sus miembros poseen es una agrupación, no una comunidad. De aquí que en el grupo los sujetos aparezcan aislados y se relacionen con una tensión contenida, en la medida en que la competencia subyace bajo la aparente amistad. Un triunfo contra los demás que implica soledad, distanciamiento, insociabilidad.
El triunfo, el éxito, no viene decidido por lo que el hombre ha sido capaz de hacer por los demás, sino por lo que ha sido capaz de hacer contra los demás ...
Rigorós, de clara inspiració marxista, molt ben volgut pels seus pacients, sembla que va liderar el procés de transició de la psiquiatria tradicional per deixar de considerar bojos (i apartarlos de la societat per perillosos), les persones amb problemes de salut mental, tractant-los com a malalts al sí de la comunitat amb mètodes clarament humanistes.
La Vanguardia publica avui una nota "necrològica" prou interessant.
Jo he reobert un dels 3 o 4 llibres que guardo d'ell (tot subratllat amb llàpis, com feiem abans), i he trobat alguns paràgrafs que lliguen amb la nota precedent sobre competència i/o cooperació:
Nuestra sociedad está estratificada según el rendimiento económico de sus miembros, lo que implica competencia, y la competencia supone dominación. En la moral del éxito, hay que ser más que el otro. La dialéctica de la competencia es radicalmente destructiva. Acepto del otro aquello que me sirve para ser más que él. Tengo al otro como aquel que me muestra mi culpa en mi fracaso de ser todavía menos que él. Las posibilidades de intercambio son sólo, pues, sobre lo negativo ...
Nos relacionamos con otros a través de lo que tenemos, no a través de lo que somos. La consecuencia de todo ello es la cosificación del ser de la persona en su tener. Y, por tanto, el aislamiento. Una relación social basada en lo que sus miembros poseen es una agrupación, no una comunidad. De aquí que en el grupo los sujetos aparezcan aislados y se relacionen con una tensión contenida, en la medida en que la competencia subyace bajo la aparente amistad. Un triunfo contra los demás que implica soledad, distanciamiento, insociabilidad.
El triunfo, el éxito, no viene decidido por lo que el hombre ha sido capaz de hacer por los demás, sino por lo que ha sido capaz de hacer contra los demás ...
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