19 de novembre 2009

Interessant ECUADOR !

Fa uns dies el bon amic Xavier Manté va enviar-me un discurs del president de l'Ecuador, Rafael Correa. No coneixia pràcticament rés d'aquest país. Però el discurs em va impactar molt positivament, i he navegat una mica per la web governamental.

Amb sorpreses interessants: la Llei sobre la Transparència, el Sistema de Informació per a la Governabilitat Democràtica, ... i una Constitució amb molts drets per promoure el "buen vivir", però, també, amb deures i responsabilitats pels ciutadans.








Penjo aquí els paràgrafs que m'han semblat més interessants del discurs:
(No hi he posat les consideracions sobre l'esglèsia: són dures, clares, contundents. Mereixen una nota a part).

Hoy muchos analistas se sienten satisfechos porque en teoría América Latina tiene democracia. Yo sostengo que tenemos tan solo elecciones, y que aún falta mucho para tener verdaderas democracias ...

Los pobres socio económicos no dejarán de ser pobres con caridad ... sino con justicia, y eso implica el cambio en las relaciones de poder dentro de la sociedad. En realidad, en América Latina captar el poder político es tener apenas una porción minoritaria, algunas veces insignificante, del poder, puesto que los poderes fácticos que siempre han dominado a la región, poderes económicos, sociales, informativos e incluso religiosos, permanecen prácticamente inalterados con los cambios de gobierno ...

La opción preferencial por los pobres no es el asistencialismo o caridad y menos las espiritualizaciones ajenas a la realidad de dolor cotidiano. Se trata de atacar frontalmente y extirpar de raíz las causas de la inequidad y la injusticia, y para ello se necesitan de verdaderas revoluciones, democráticas y pacíficas ... es decir, cambios radicales, profundos y rápidos de las estructuras políticas sociales y económicas. Para los poderes dominantes, esto es populismo e incluso comunismo ... para las oligarquías latinoamericanas, hasta hacer pagar impuestos a los ricos es comunismo.

En Ecuador, hemos apostado por la Revolución Ciudadana. Hemos dicho que la Patria requiere un cambio profundo, rápido y en paz, y para ello el primer gran logro ha sido la aprobación, por la inmensa mayoría de los ecuatorianos, de una Constitución que es un hermoso canto a la vida, al ser humano, a la Naturaleza ... y que no es producto de una época de cambios, sino de un auténtico cambio de época.

La desventura de las naciones latinoamericanas ... no tienen que ver con un destino manifiesto o con el carácter de sus ciudadanos, mucho menos con el conformismo con el que deberíamos esperar en la otra vida lo que no se tuvo en la terrenal. La desdicha tiene responsables, nombres, apellidos, conceptos, ideologías, y, entre esas causas, la teoría del mercado, el neoliberalismo, los lacayos criollos, el colonialismo y neo colonialismo.

La nueva conducción económica del Ecuador priorizará una política digna y soberana, es decir, más que liberar mercados, liberar al país de los atavismos y poderosos intereses nacionales e internacionales que lo dominan, con una clara opción preferencial por los más pobres y postergados; y priorizando al ser humano sobre el capital. No podemos rebajar la dignidad del trabajo humano a una simple mercancía. Ya es hora de entender que el principal bien que exigen nuestras sociedades es el bien moral, y que la explotación laboral, en aras de supuestas competitividades, es sencillamente inmoral.

La falacia de la competencia ... es un principio ya bastante cuestionado entre agentes económicos al interior de un país, pero es un verdadero absurdo entre países pobres, donde debe primar la lógica de la cooperación, de la coordinación, del desarrollo mutuo ... la globalización neoliberal, inhumana y cruel ... nos quiere convertir en mercados y no en naciones, ... nos quiere hacer tan solo consumidores y no ciudadanos del mundo... sin acción colectiva ni mecanismos de gobernanza.

La más nefasta herencia que dejó la larga y triste noche neoliberal en América Latina es el nuevo evangelio del mercado: “buscad el lucro, y el resto se os dará por añadidura”. Es decir, como manifestaba el fallecido premio nobel de Economía James Tobin, gracias a la alquimia del mercado, un execrable defecto humano como el egoísmo, de la noche a la mañana se convirtió en la máxima virtud individual y social.

Por supuesto, todo proceso de cambio implica resistencias. Sin embargo, la paz no es solamente la ausencia de guerra. La insultante opulencia de unos pocos en América Latina, al lado de la más intolerable pobreza, son balas cotidianas contra la dignidad humana. Queremos construir verdaderamente un continente de paz que solo puede estar basada en la justicia. La paz sin justicia es simplemente pacificación.

Discurs a la Oxford Union Society (26.10.2009)